lunes, 21 de noviembre de 2011

ESCAPARATE

1.- Para un país sumido en la brutalidad de una guerra absurda que un gobierno impreparado y necio declaró a los cárteles del narcotráfico, combate que no ha hecho sino fortalecerlos, es motivo de incredulidad afirmar que el desplome del helicóptero que causó la muerte del Secretario de Gobernación y sus acompañantes se debió simplemente a un accidente. Se ha insistido que el aparato, aunque viejo, estaba en perfectas condiciones mecánicas, que era custodiado por el Estado Mayor presidencial y que el piloto estaba altamente capacitado, aunque se desliza, casi sin querer, como posible causa del siniestro la falta de visibilidad a causa de la neblina.
Entre las notas aportadas por los medios de comunicación, parecieran fortalecer la certidumbre ciudadana en un atentado, ya sea propiciado desde las esferas del poder o del crimen organizado. Hay datos chocantes. Se dijo que el helicóptero despegó del Campo Marte en Chapultepec al NW de la ciudad y que se dirigía a Cuernavaca directamente al Sur de aquel punto; por qué entonces se desvió del derrotero que parecía más idóneo siguiendo la ruta de la carreta federal, que libra la Sierra del Ajusco, para venir a estrellarse al SE donde confluyen la Delegación de Milpa Alta y el municipio de Chalco.
Especulan, que fue para evitar la niebla. Acaso los pilotos y despachadores carecían del conocimiento normal de cualquier habitante del DF, que tanto del Vaso Regulador como del Lago de Texcoco producen una bruma en la zona oriente del valle de México en los meses invernales, y que frecuentemente obliga a cerrar el Aeropuerto de la Ciudad. Aquí no hubo otra nave a la cual culpar de “turbulencia”, como ocurrió en el siniestro en que perdió la vida Mouriño, otro Secretario de Gobernación.
También llama la atención que una nave cargada del combustible necesario para ir y regresar de la capital de Morelos, no se hubiera incendiado una vez que se precipitó a tierra, como vemos en los muy frecuentes accidentes que ocurren en las exhibiciones aéreas, trasmitidas por la TV, y que el fuego tampoco haya consumido los pastizales secos en lugar del siniestro, Que se diga in situ que los cuerpos estaban intactos, para luego informar, entrada la noche, que los peritos en el SEMEFO se daban a la tarea de verificar los registros dentales.
Si no se da a la ciudanía una explicación creíble, fundada en datos duros, a esas muertes las cubrirá la sombra de la duda como sucedió con la de Ramón Martín Huerta, el Secretario de Seguridad Pública en el gobierno de Fox. De manera coincidente a ese siniestro, que ocurrió el 2005 en San Miguel Mimiapan, Mex., también se le atribuyó como causa la neblina. Meras coincidencias, dirán los optimistas, esperamos que los expedientes actuales no se envíen, a la reserva por 12 años como ocurrió en el caso de Martín Huerta y de Mouriño, lo que vendría a fortalecer los recelos de la gente.
2.- En las elecciones michoacanas del domingo 13, se necesitan diferenciar las circunstancias generales del Estado de las muy particulares de cada municipio.
Respecto de las primeras, a don Felipe no le redituó su estrategia de guerra para llevar al Solio de Ocampo a su hermana, de acuerdo con los datos que se tienen hasta el momento (lunes a.m.). El temor y el desencanto de la gente sólo sirvió para apuntalar un abstencionismo del 50%, que pudo capitalizarlo el partido que tenía la mejor organización territorial y ese fue el tricolor, que además tuvo el acierto de nombrar a un candidato con imagen de moderado y administrador honrado.
También fue insuficiente el apoyo institucional otorgado a doña Cocoa, donde el jefe de su campaña, fue Virgilio Bucio Reta el anterior coordinador general de Delegaciones de la SAGARPA; que el sustituto, Esteban Cruzaley Díaz-Barriga, ex diputado y ex alcalde priista, y tomara parte en la campaña como jefe de “Evaluación”; y que el coordinador operativo de la misma fuese Javier Rodarte de la Rosa, ex subdirector de CAPUFE (Proceso. 1826); todos ellos empleados anteriores de Don Felipe y luego gestores de su hermana, doña Cocoa.
Una evidencia que los recursos federales fluyeron subterráneos a la contienda electoral lo constituyó el cierre de campaña de su candidato a la presidencia municipal de esta ciudad: el alquiler de 300 sillas, de un gran camión tipo torton en el que transportaron un impresionante equipo de sonido, el reparto indiscriminado de gorras, camisetas de calidad, las bolsas con despensa, el amenizar por horas con música en vivo de mariachi y los incontables cohetes percutidos. Difícilmente las cuotas partidistas de los 60 panistas de esta ciudad pudieron cubrir semejantes gastos.
En cambio, si le funcionó a don Felipe el clima de violencia en la entidad, el corte los recursos para los afiliados al ISSSTE y la detención de otras aportaciones federales por mil 300 millones de pesos, con el fin de deteriorar al máximo la imagen del gobierno michoacano e influir negativamente en el ánimo de los potenciales votantes del Sol Azteca,
Silvano Aureoles perdió, no sólo por carecer de mayores recursos que sus adversarios, sino al tener como promotores a Los Chuchos, lo que posiblemente llevó a López Obrador a otorgarle un apoyo meramente simbólico al acompañarlo en algunos mítines, pero no se notó que éste pusiera a trabajar toda la maquinaria de MORENA en beneficio del candidato de la izquierda; como también fue meramente formal la presencia de Cuauhtémoc Cárdenas, y nula la ayuda de Leonel Godoy, abrumado por la hostilidad del gobierno federal y sus propios escrúpulos de árbitro imparcial en la contienda.
Y no fue menor, la guerra sucia desatada por los panistas en las redes sociales y en los medios de difusión, como el hecho grotesco del desplegado anónimo en el diario A.M, de La Piedad en que se pedía no votar por el PAN porque era aliado de los narcos y la nota al calce de la Redacción, que argumentó, se había sentido obligada a su publicación mostrando tácitamente que fueron los propios delincuentes los autores del infundio, es decir del diablo actuando contra sí mismo.
3.- La debacle del PRI en esta ciudad parece estar propiciada por el exceso de confianza y sus propios errores. Que el candidato a la presidencia en lugar de deslindarse de la anterior Administración, sumara a su campaña a los funcionarios y empleados de la misma; que en sus mítines éstos relegaran a un lugar secundario a los habitantes de las colonias y comunidades a los que supuestamente tenían que convencer con sus programas. Por esa alianza con los verdes que nunca pudo superar sus mutuos recelos; y por de confiar más en el clientelismo que el persuadir con argumentos serios a los votantes.
Así, les fue poco efectivo el monumental cierre de campaña, en el que todo era gratuito: los tacos de Monares, como la tamaliza, los sopes y las enchiladas, botellas de agua a pasto y para los más cercanos la cerveza municipal. Las rudas y continuas explosiones de cohetes y el estridente sonido de las cornetas de aire, sustraídas de algún tráiler o una locomotora, a tono con los conjuntos cantores de alarido. Prácticas clientelares que, por lo demás, TODOS los partidos incurren mayor o menor medida.
Los sufragios que lograron el domingo el PRD (4115) y el PT (1523) provienen, en gran medida de ciudadanos que antes lo hicieron por el PRI; hoy, éstos, sólo alcanzaron 2321 votos en comparación con los 4084 conseguidos en la elección ordinaria del 2007, es decir 1763 menos. En correspondencia, el PRD incrementó 1915 votos respecto del 2007 y eso que, entonces, iba en alianza con PT y Convergencia. También el PAN hoy con 2298 sufragios disminuyó en 254 los 2522 votos del 2007. Así como los militantes ecologistas, que hoy votaron de manera independiente a su alianza con el PRI sólo alcanzan 162 sufragios, mientras que en la del 2007 llegaron a la cifra notable de 1817, tal vez muchos de ellos ahora lo hicieron por la coalición trico-verde. El PT que en la elección extraordinaria del 2007 obtuvo 922 sufragios hoy alcanzó 607 más.
En el municipio la unión de PRD y PT logró 4309 sufragios para Silvano Aureoles, su candidato común a gobernador, frente a los 3921 del PAN y los 2168 del PRI. La conclusión parece obvia, sólo una izquierda unida será capaz de imponerse a las derechas en el 2012.

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