jueves, 17 de marzo de 2011

ESCAPARTE

1.- Se antoja fallido el intento de la de la COMAPA-YU por transparentar su actuación publicando en este Semanario (28/2/2011) sus estados de cuenta pública correspondientes al 2010, porque:
-La publicidad de los balances trimestrales que por ley deben hacerse con esa periodicidad, aparecieron, indebidamente, con un retraso de meses.
-La transcripción técnica de las partidas dicen bien poco al público en general que no es experto en la técnica contable, hubiera sido preferible se hubiera explicado el origen y la aplicación de los recursos en forma simple y entendible.
-La modalidad de dar cuenta de la existencia de los recursos cada trimestre, oculta cómo se emplearon mes con mes, y así el saldo de marzo no cuadra con lo que se reporta como existencias del período anterior en junio, y los de éste respecto de septiembre, lo mismo ocurrirá al iniciar diciembre.
-Cuál será la razón de la variación en los diversos trimestres, respecto de los montos por servicios profesionales (cuenta 4201), ya que estos al parecer corresponden a los honorarios de funcionarios y empleados.
-Por qué se presupuestaron como egresos para el ejercicio del 2011: 6 mil pesos para “productos alimenticios para personas”; mil 200 pesos de “productos alimenticios para animales”; 500 pesos de “utensilios (va con “s”) para el servicio de alimentación”.
-En el rubro de Materiales y Suministros, presupuestaron para “combustibles” 135 mil pesos, si consideramos que cada litro vale unos 9 pesos, alcanzaría para adquirir 15 mil litros de combustible, ¿para cuántos vehículos? A propósito, cuál sería la razón de que su Director prefirió adquirir un automóvil para su servicio particular, en lugar de una camioneta, pick-up que bien podría servir para transportar a los operarios que repararan los ductos averiados, en lugar de que lo hagan en sus propias bicicletas. Si el señor Director tiene que viajar frecuentemente a Morelia, seguramente hubiera podido contar con alguno de los muchos que tiene la flotilla municipal.
-Para “mantenimiento y conservación de inmuebles” presupuestaron más de medio millón de pesos, cuáles serán esos edificios que repararán, además de sus oficinas que prácticamente son nuevas.
-En “vestuario, uniformes y blancos” pretenden gastarse 25 mil pesos;; pero esta cifra palidece frente a los 750 mil que pagarán por “servicios de lavandería, limpieza, higiene y…(¿?)”, ¿acaso se pretende favorecer alguna empresa en particular?
-Para “impresiones de documentos oficiales” 35 mil 900 pesos; para “gastos de propaganda e imagen institucional” 35 mil 900 pesos; que se unen a los 55 mil para “difusión de servicios públicos y campañas”; otros 35 mil 600 de “publicaciones oficiales para difusión e información” (ello a pesar de que se piensa adquirir “maquinaria y equipo de imprenta (antes de “p”…) con valor de 55 mil pesos). Por si esto fuera poco, han presupuestado los 20 mil para “gastos de ceremonia” y otros 20 mil para “gastos de orden social y/o celebraciones. Lo que nos da un total de 202 mil 400 pesos.
-Pero como les sobra el dinero todavía se pueden dar el lujo se subsidiar la “educación y cultura” con 45 mil pesos; “fomento al deporte” 45 mil 500 pesos (¿al equipo de 3ª División?) y “otros subsidios” (cta. 4204-4108) 10 mil pesos. Es decir, otros 100 mil 500 pesos.
Más de 300 mil pesos que se destinados a hacerse propaganda sobre lo eficiente que son los directivos de la dependencia, aunque para ello se distraigan esos recursos de lo que debía ser su la razón de su existencia: el servicio público.
2.- El Regidor de obras públicas emitió un manifiesto en este Semanario (28/2/2010) con pretensiones de acto de fe. Parte de las siguientes premisas: 1) el participa en la política para estar cerca de las decisiones que puedan beneficiar a los ciudadanos; 2) solo lo mueve “el ánimo de servicio” 3) sus acciones las guían los “principios” (no aclara cuáles) y la calidad moral.
De ahí, tácitamente, parece reprochar a la ciudadanía su resistencia a las modificaciones que “propuso” a la calle Constitución/Independencia, ya que ÉL las consideró necesarias y apropiadas. Y en vista de sus prendas personales, la ciudadanía debió aprobarlas en forma unánime y con aclamación.
Los monarcas en el siglo XVIII practicaron el llamado despotismo ilustrado, una forma de gobernar en la que ellos tomaban las decisiones que más les convenían a los súbditos sin consultarlos, pues los consideraban menores de edad, incapaces de saber lo que les convenía. Hoy en las modernas democracias las autoridades, deben de actualizar la voluntad popular ya que son simples mandatarios de los ciudadanos, no sus tutores o sus sargentos.
Luego el señor regidor invita a los vecinos a dejar oír su voz en “lugar de las decisiones” sin importar que anteriormente haya afirmado que en 3 reuniones anteriores “los asistentes aprobaron la realización de la obra”. Si ya la consintieron, qué necesidad habría de “atender tus quejas” y “disipar dudas”. Lo real es que en esas dichosas reuniones los funcionarios municipales se limitaron a informar y notificar sus decisiones y presentarlas como hechos consumados, confiando en que la simple información las legitimaría.
Pero partir del lunes 7, nuestras autoridades han desarrollado el “asambleísmo agotador”, propio de los mítines estudiantiles, que consiste en fomentar los “rollos” y dejar que se extienden hasta el infinito, darle vuelta a explicaciones huecas, para que los asistentes al fastidiarse se retiren y dejar los acuerdos, que se toman hasta el final, en manos de unos cuantos. Por cierto, quienes deben dar cuenta y justificarse ante la población deben ser las autoridades, no la compañía constructora, ya que la ciudadanía no contrató con ellos ni les otorgo la concesión para esos trabajos.
La modernización de las calles de nuestro pueblo, aceras incluidas, es un imperativo inaplazable, ni quien los dude. En el fondo, no es el QUÉ lo que se impugna sino el CÓMO y el PARA QUÉ. Es correcto, que se adecuen las banquetas; que el arroyo deje de ser una prolongación de las tiendas y cese de ser un estacionamiento perpetuo; que la carga y descarga de mercancías se haga a primeras horas de la mañana. Esto es lo que sucede en las ciudades avanzadas de nuestro planeta.
Solo que aquí se tiene una mentalidad pueblerina, donde cada quien hace lo que se le antoja. Práctica que se ha transformado en “cultura”, favorecida por la inactividad de las propias autoridades, quienes han sido incapaces de dar pequeños pasos para ordenar la actividad ciudadana, para luego poder involucrarla en tareas de gran magnitud, a través de acuerdos PREVIOS y haciéndose recíprocas concesiones.
Esto se puede constatar hasta en las actividades mínimas. Las autoridades ni siquiera han tenido la voluntad política para impedir que los vendedores de golosinas se agolpen a la puerta del panteón, obstruyendo el paso de los cortejos; comerciantes que sin importarles la pena de los deudos conviertan la entrada a ese recinto en una feria. Ni que decir del publicitado y fallido proyecto de vialidad para el centro de la ciudad (El Cazador. 5/III/2009). De todas las medidas propuestas, sólo se cambio el sentido a 4 cuadras de la calle Guerrero, la que se convirtió, como se predijo (12/III/2009), en gran estacionamiento.