lunes, 11 de octubre de 2010

ESCAPARTE DE DUDAS Y NOTAS

1.- ¿No hubiera sido más reconfortante para la ciudadanía que el Departamento de Comunicación Social diera a conocer quiénes fueron las personas a las que efectivamente se les aplicó una multa por violar la llamada Ley Seca los días 15 y 16 de septiembre?, en lugar de informar que a los infractores se les aplicará (¿de veras?), una sanción.
2.- ¿Cómo está eso de que el Ayuntamiento administra una bolsa de empleo para llenar las vacantes de trabajo de 'negocios' y empresas de la localidad?
3.-¿Bajo qué criterios y en qué condiciones se han otorgado tractores e instrumentos agrícolas a miembros de nuestras comunidades? ¿Son regalados, prestados, alquilados o vendidos en abonos? ¿Cuáles son las características del Programa Activos Productivos con el que fueron beneficiados los agricultores? Esas notas de Comunicación Social tan escuetas dejan un mundo de interrogantes o será a propósito que se oculta la información.
Por otra parte, parece fuera tono y de época que las autoridades asuman el papel de padres providentes, a la manera de los antiguos hacendados que otorgaban dádivas graciosas a sus peones, ahora éstos nuevos beneficiarios “posan para la foto del recuerdo mostrando su felicidad”, solo faltó que se dijera que casi con lagrimas en los ojos. Por qué los “beneficiarios” tienen que “agradecer” a nombre de otro, al que se le adjudicó un tractor? ¿Era su jefe? ¿Estos eran simples gestores oficiosos de la felicidad ajena? ¿Por qué se “agradece en especial” al Presidente Municipal, más que a los otros dos niveles de gobierno? Cuando se pierde la austeridad republicana se cae fácilmente en la demagogia.
4.- Al partido inaugural del equipo de tercera división de esta ciudad asistieron 1,500 personas que pagaron 20 pesos por el boleto, lo que da un total de 30 mil pesos. Si se dieran 10 encuentros, incluyendo los de preparación, las entradas alcanzarán la bonita suma de 300 mil del águila. ¿Cuál habrá de ser el destino de esos recursos?, ya que los administradores del equipo (que son a su vez funcionarios municipales), están usufructuando bienes públicos. Por la misma razón, ¿quién rinde cuentas de los productos “oficiales” que se expenden en una tienda “exclusiva”. ¿Quién fue la persona, física o colectiva, que supuestamente registró el uniforme y el logo del equipo ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, y que sería la responsable de responder ante la colectividad para que se haga responsable del empleo de las ganancias. En este negocio público-privado todo es opacidad.
5.- Pareciera encomiable que el Club de Leones de esta ciudad fomente el culto a los héroes que nos dieron patria mediante la erección de una estatua de Don Miguel Hidalgo en la plaza armas, sobre todo en las fechas en que se cumple el bicentenario del inicio de nuestra independencia. Sólo que el dinero invertido en dicha obra, bien podría hacerles falta después para obras asistenciales que realizan (o realizaban) año con año. No se quisiera pensar que su actuación tuviera como finalidad una promoción política, como sucede con otros colectivos similares.
En la relación de las personas afiliadas al Club de Leones, que nos da la nota de El Cazador, se presenta el nombre de la esposa acompañado con la preposición “de” seguida del apellido del marido; una partícula que nunca ha sido legalmente obligatoria y que denota posesión o pertenencia p.ej. “la mesa de Juan”; es, en todo caso, un resabio de la vieja cultura patriarcal que se debe dejar atrás. ¿Acaso las mujeres no valen por sí mimas, sino es que se encuentran perpetuamente adheridas al nombre de sus consortes?
6.- El problema de la ingobernabilidad en que se encuentra hundido nuestro país hace que muchos añoren los tiempos del régimen autoritario priista, que no era, sino la prolongación del caudillismo del siglo XIX, donde el ejecutivo avasallaba a los demás poderes y Fue la constante durante los 70 años de hegemonía tricolor y contaminando a todos los órdenes de gobierno, incluso a nivel de los pequeños poblados en donde al Presidente Municipal no le hacían (¿hacen?) contrapeso los demás miembros del Ayuntamiento.
Este autoritarismo se reflejaba hasta en los detalles más insignificantes o que no parecían afectar de manera sustancial a la vida de los ciudadanos. Aquí en Yurécuaro, un presidente municipal que pretendía ser muy bragado, en su afán por imponer lo que él consideraba “orden”, incurría muy a menudo en arbitrariedades. Con un Ayuntamiento dócil a sus deseos, se le ocurrió cambiar de nombre a las calles para halagar a los políticos del Estado, privando a los ciudadanos de su identidad pueblerina de unas referencias que se remontaban a más de cien años, al tiempo de que se privaba a las nuevas generaciones de una buena parte de nuestra micro-historia.
El 13 de septiembre de 1847 las tropas estadounidenses al mando de Winfield Scott atacaron al catillo de Chapultepec, uno de los últimos bastiones de la ciudad de México, que era defendido por unos cuantos soldados y cadetes. El batallón San Blas enviado a socorrerlos fue aniquilado en su totalidad, incluyendo a su comandante Felipe Santiago Xicoténcatl Corona (1806-1847), quien pudo cómodamente rendirse y librarse la muerte, como lo hizo el general Anaya en Churubusco, en cambio prefirió rescatar el lábaro patrio, cuyo abanderado había sido abatido y arengar a sus tropas, incluso después de haber sido herido en varias ocasiones. Sus restos que descansaban en el panteón de San Fernando, fueron incinerados posteriormente y trasladados al monumento a los Niños Héroes en Chapultepec.
El nombre de la calle de quien ofrendo su vida para defender la integridad de la patria contra la invasión extranjera fue cambiado por el de Francisco J. Múgica (1884-1954), que no obstante sus méritos, no puede ser comparado a un verdadero héroe de la patria. Múgica fue un revolucionario, constituyente en 1917, gobernador de Tabasco y Michoacán, Secretario de Comunicaciones y Obras Públicas así como de Economía durante en el sexenio de Cárdenas.
Sus tendencias socialistas provocaron en Morelia una serie de sucesos sangrientos de índole religiosa (8-12 mayo, 1922), que unido a su constante desacuerdo con el presidente Obregón lo llevarían a ser desaforado y preso. A pesar de ser el hombre más cercano a la ideología del presidente Cárdenas, previendo éste la resistencia que encontraría en amplias capas de la población y de su partidarios, prefirió optar como su heredero y “candidato oficial”, por el conservador Manuel Ávila Camacho, quien ya presidente, mantendrá a Múgica alejado de su gobierno, nombrándole gobernador del entonces territorio de Baja California, director de varios penitenciarías, entre ellas a la de las Islas Marías. Mujica fue un michoacano destacado y su nombre bien se le pudo imponer a otra de nuestras calles y no borrar de un plumazo la memoria del Héroe del 47. En siguientes entregas se comentarán otros cambios en la nomenclatura de nuestras calles.