martes, 8 de noviembre de 2011

ESCAPARATE

1.- Por qué, si en Yurécuaro existen dos medios de la prensa escrita, que todo mundo lee y conoce, nuestras autoridades prefirieron publicar en el Semanario El Águila de La Piedad (17-X-2011), que pocos leen, el informe sobre las obras realizadas entre julio y septiembre del presente año. Acaso se pretendía cumplir con el requisito formal de hacerlo en un medio regional, aunque se privara a los habitantes de esta ciudad de su análisis y crítica. Ello no puede sino suscitar la suspicacia de que algo se pretende ocultar.
Así se comenta, que no consignaron los 95 mil pesos (no 35 mil) que aportó el Colegio de Bachilleres para la construcción de un aula en el plantel Yurécuaro, cuyo costo sería de 300 mil pesos, imaginamos que es una de esas “construcciones inteligentes” con acabados de lujo. También interesa conocer a la ciudadanía los pormenores y sitios exactos donde se efectuó el “bacheo” de “diferentes vialidades (que no vialedades) de Yurécuaro”, en el que, según eso, se invirtieron 238 mil pesos. Como tampoco consignan el cobro que se hace a los vecinos por la “pavimentación de concreto hidráulico en la 'avenida' Jaime Carrillo”, por mencionar algunas.
2.- Los jingles, esas frases musicales a través de los cuales las empresas promocionan sus mercancías y en las campañas políticas, con las que los partidos en esta ciudad promueven a sus candidatos a través de perifoneos. Frente a tales portentos literarios que rayan en lo filosófico, la imaginación enmudece. Así, con música de La Boa, Rafa Ramírez “tu amigo” se ostenta como “una persona humilde que nunca se raja” (usted perdone el machismo), y afirma “tú eres parte del cambio”, aunque nunca sepamos en qué consistirá éste.
Los trico-verdes con las notas de Como me duele… que te saquen a bailar, remachan medio millón de veces “vótale al verde”, “porque con Melchor tu ganarás”, porque Melchor es triunfador, es ganador y cualquier otra cosa que termine en OR, solo les faltó “resplandor”, para que convertirlo en “el corazón rojo que ilumina nuestros corazones” como se decía del presidente Mao.
Por cierto, flaco favor hacen a su campaña, sus apoyadores que se comportan a la manera de la barras bravas, con gritos y matracas, haciendo ostentación de prepotencia con su carro de sonido a todo volumen que se plantifican por una eternidad, en cualquier esquina sin tener consideración de los vecinos y transeúntes, a los que hacen sentir su desfachatez, como sucedió el jueves 20 por la tarde, en la confluencia de la calle Juárez con Múgica. Ello mueve a la reflexión de los posibles votantes de, que si esto sucede cuando apenas aspiran a gobernar, cómo será si llegasen a tener el poder.
3.- Qué sentimiento les despertarían si dos o tres vecinos, en el velorio de un familiar nuestro se presentaran con charanga y armaran un bailongo porque según ellos esa es la forma “correcta” de venerar a los difuntos. ¿Indignación? ¿Coraje?
A más de alguno le despiertan emociones similares aquellas personas que se han autonombrado mayordom@s y que pretenden imponer a toda la población su personalísima interpretación de lo que debe ser el culto a los santos. Se sienten con toda la autoridad del mundo para hacerlo. Acaso pretendan obedecer a un mandato divino, pues ninguna asamblea de fieles les ha conferido un nombramiento con el fin particular de interrumpir el reposo de los vecinos entre las 5 y 6 a.m., en la última etapa en la que el sueño parece ser más reconfortante.
Y lo hacen con la explosión de cientos de cohetones, el estrépito de banda, rezos a todo pulmón y con megáfono. Ambicionan que los vecinos respondan masivamente a su afán misionero, por fortuna esto no sucede, aunque la gente “deja hacer” a esta reducida “representación” de 20 o 30 personas -mayordom@s y acompañantes-, unas 250 en total durante todo un novenario de alboradas. Sólo que el pueblo cuenta con 20 mil habitantes. Así el 1% decide cual debe ser el comportamiento religioso de la población en su conjunto.
Al igual que los políticos en campaña, a estos señores les vale un comino que la población esté traumada por las continuas balaceras y seguirán tirando cohetes hasta cansarse; pareciera que sólo les importa poner de manifiesto lo poderosos y eficientes que son gracias a las aportaciones (prácticamente forzadas) de todos los ciudadanos, sean creyentes o no.
¿Por qué creen que estos señores(as) que esa supuesta forma de culto debe ser la dominante? ¿Acaso los cohetones y las melodías de El Sauce y la Palma o El Sinaloense, elevarán mejor nuestros espíritus hacia la divinidad? Al hacerlo no sólo lesionan la libertad religiosa de cada individuo sino atentan contra la caridad cristiana, puesto que el amor al prójimo implica el no importunar a nuestros semejantes ni en-doctrinarlos contra su voluntad.
En última instancia, para los creyentes la palabra de Cristo debería ser la norma a seguir: “Cuando ores no seas como los hipócritas porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Más tú cuando ores, entra a tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídas” (Mt6: 6-7).
4.- Pues no decían los voceros que el PAN y el PRI, de acuerdo con las encuestas -que mandan hacer a modo-, iban punteando en la preferencia de los ciudadanos en su carrera hacia la gubernatura,
Si esto fuera cierto, qué necesidad tendrían, que por una parte, el señor Cordero, abandonara su campaña interna como precandidato del PAN a la Presidencia, para sumarse a los esfuerzos de doña Cocoa. Seguramente es para hacer méritos y que el Presidente se mantenga firme en su propósito de hacerlo su delfín. Este Cordero pretenderá, saltando trancas, inducirnos un sueño color de rosa, sólo que éste tendrá el tinte de la Cocoa. Asi, quién en nuestra entidad, podrá sobrevivir indemne, durante diez años continuos de la dinastía Calderón con sus políticas erradas.
Por su parte, los tricolores consideraron que la grisura de don Fausto Vallejo, necesitaba el glamur y el apoyo que (mediante pago), le dan las televisoras a Peña Nieto, ese transformer de dinosaurio en galán cinematográfico. Así, el mexiquense, al tiempo que se placea, le manda un mensaje al michoacano, que de triunfar éste, gracias al empujón que supuestamente le dará a su deslavada campaña, le deberá el Solio de Ocampo y en compensación las arcas del Estado tendrán que ponerse a su servicio en la próxima elección presidencial.
5.- Los argentinos los llaman “atavismos del barrio”, cuando esos futbolistas de primera división sólo pueden jugar a gusto con las medias caídas y sin espinilleras. De una manera similar nuestros hombres públicos no han superado la forma de hacer política que practicó durante 70 años el antiguo régimen.
Son los mismos gestos, las mismas costumbres, las mismas formas de propaganda. No se han dado cuenta que la sociedad dejó de ser una comunidad rural cerrada, que adquirió una nueva sensibilidad moderna y cosmopolita; que los migrantes han traído a nuestro medio la visión de las prácticas democráticas estadounidenses más avanzadas que la nuestra; que los medios de comunicación masiva conectan diariamente a los ciudadanos con lo que ocurre en el planeta.
Sólo así se explica que los activistas de la izquierda hayan atronado el espacio con explosiones durante todo el sábado 29, con motivo de la vista que hizo Silvano Aureoles, superando con creces la contaminación auditiva que previamente han hecho azules y tricolores. Hasta cuándo tendremos que sufrir el voluntarismo de esos acólitos que pretenden reinar sobre la ciudadanía y someter al capricho, su tranquilidad.

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