ESCAPARATE

1.- Cualquier empresario privado, individual, o asociación civil, no tiene ninguna obligación de hacer públicas las entradas y salidas de sus dineros. Pero si un negociante recibe subsidios del gobierno, así sea a través de exenciones, subsidios o concesiones, por ley debe dar cuenta de ello, ya se trate de la comisión municipal del agua o un equipo deportivo.


Por ello, es de llamar la atención el informe fallido que apareció en este Semanario el 29 de febrero pasado, del equipo Yurécuaro de Tercera División, donde se ventila una doble contabilidad. Primero aparecen unos gastos bajo el rubro “Reinado 2010”, pero no se aclara cual fue la aportación que se les dio, para saber con exactitud si hubo o no excedentes, y tener una idea precisa si las cifras son creíbles. Cuál fue el motivo para incluir allí mismo -ejercicio del 2010-, egresos que ocurren en el 2011.

Debajo de este recuadro aparece otro, bajo el rubro “Relación de ingresos y egresos realizados durante 2011”, que contempla los meses de enero a diciembre de ese año. En dicho apartado existen notables diferencias con lo que aparece arriba en el rubro “Reinado”.

Así, este último consigna que en el mes de noviembre del 2010 tuvieron egresos por $149,255.00, para enero del 2011 serían $19,000; febrero $72,036.60 y en marzo 31,817.60. Pero en la “Relación de ingresos y egresos…” se asienta que en enero hubo egresos por $34,499.00 (diferencia de $15,499.00 más), en febrero de $51,945.60 (diferencia de $20,091.00 menos) y en marzo $51,120.45 (diferencia de 19,302.85 más).

Se ignora asimismo la causa, razón o motivo que haya ingresos tan dispares en 2011 que van de los $1,460.00 en diciembre a $146, 990.00 en agosto. Parece también absurdo que durante todo el 2011, mes tras mes reporten solamente pérdidas. Será que los socios del club practican el altruismo (o el harakiri) en cantidades industriales. En fin, todas estas disparidades dan pie para que la ciudadanía estime que se pretende “tomarle el pelo” y que seguramente allí “hay gato encerrado”.

2.- En el aniversario 83 del tricolor, Pedro Joaquín Coldwell expresó “Al PRI corresponde ponerle fin a la pesadilla de dolor, violencia, corrupción y pobreza que el panismo le ha recetado al país a lo largo de estos años”. Seguramente se le quedaron en el tintero las cientos de muertas en Ciudad Juárez, durante las administraciones de sus correligionarios; así como Tlatelolco, Acteal, Atenco.

También se le olvidó volver la vista hacia el presídium donde lo acompañaban personajes tan inmaculados como Joaquín Gamboa Pascoe, pastor de la CTM y chivero de electrodomésticos; el líder petrolero Carlos Romero Deschamps, Ricardo Aldana y Emilio Gamboa Patrón, relacionados con el escándalo del Pemexgate; Gamboa además, fue vinculado por periodistas, como Jorge Zepeda Patterson (Los intocables) o Denise Dresser, al quebranto patrimonial en Fonatur, al crimen organizado vía su relación con Marcela Bodenstedt y el Cártel del Golfo, a las redes de pederastia y al tráfico de influencias. Ahora los tres han sido nominados como candidatos plurinominales al Senado curul que se les dará en automático, sin pasar por el refrendo de los ciudadanos.

Quizá, también confundidos entre el público, estuvieran personajes tan conspicuos como los ex gobernadores Mario Marín, El Gober precioso o Arturo Montiel quien de llegar al poder prometió no concedería derechos humanos a las “ratas”, (¡oh ironía histórica!); Ulises Ruiz, represor de los movimientos sociales de Oaxaca; Fidel Herrera de Veracruz, de quien se dice permitió que Los Zetas se asentaran en el Estado; Humberto Moreira responsable del “pequeño” desfalco de Coahuila o Manuel Cavazos Lerma de Tamaulipas, investigado, junto con Tomás Yárrington y Eugenio Hernández Flores por posibles vínculos con el crimen organizado. Y una lista interminable de impolutos.

3.- Si alguien pensó que la expresión de AMLO que el Revolucionario Institucional y Acción Nacional son la misma cosa e integran una entidad a la que bautizó como el PRIAN, era mera y sesgada propaganda partidista, deberán rectificar a la luz de lo acontecido durante el primer fin de semana de marzo en Michoacán.

Allí don Felipe se dio gusto en vapulear la administración de Leonel Godoy a la que calificó de desastrosa, no obstante el regateo de los recursos federales que sometió al gobierno michoacano, -que tenía obligación de proporcionarle-; a fin de poner en evidencia al partido en el poder, en vísperas de elecciones para favorecer la candidatura de a su hermana doña Cocoa (ineptitud de Leonel aparte).

Ahora, en cambio, ofreció todo su apoyo al nuevo gobierno de Fausto Vallejo, quien le acompaño en todas las actividades realizadas en nuestro Estado, actitud que contrasta con el trato despectivo dispensado al gobierno anterior, cuando los funcionarios federales ni siquiera le corrían la atención de avisarle que estarían en gira de trabajo (proselitismo) en territorio michoacano. Don Fausto, a su vez, se desvivió en llenar de elogios a Calderón señalando la deferencia (cortesía, amabilidad) del presidente al estar por tres días seguidos en nuestro Estado “eso nos da una muestra de su compromiso con Michoacán”. Cuan pronto se olvidó El Michoacanazo y el estrangulamiento a que fue sometido un gobierno legítimamente constituido.

5.- Cómo habrá que entender la vista de Joseph Biden, vicepresidente de Estados Unidos a nuestro país, en donde se entrevistó con los tres candidatos presidenciales: AMLO, Peña Nieto y Vázquez Mota, por separado y en orden alfabético. Hay quien piensa que es un acto anticipado de campaña para la reelección de Obama, buscando el voto chicano, al mostrar que el actual gobierno gringo “se interesa” por nuestra región (con visita incluida a la Basílica de Guadalupe), porque, además, en la misma gira, Biden tuvo una reunión en Honduras con los presidentes de Centroamérica.

Para otros, trató de conocer de viva voz las intenciones de cada uno de los candidatos sobre su disposición para continuar proporcionándoles petróleo y la apertura de la petroquímica a sus trasnacionales, sobre todo, en vista de la crisis en Siria y el eventual bombardeo a Irán por parte de Israel, que disminuiría el flujo del hidrocarburo.

La mayoría apunta al interés que reiteradamente ha confesado Washington para que continúe su estrategia de guerra con el fin de combatir el narcotráfico, empecinándose en la negativa para que se legalicen las drogas, sin que para ello importe el costo en vidas humanas que tengan que pagar nuestros países.

Tanto énfasis hizo el representante de la Casa Blanca a los candidatos sobre el respeto de Estados Unidos hacia nuestro próximo proceso electoral, que sus reiterados votos de no injerencia, se hicieron sospechosos. Decían las abuelitas: “Explicación no pedida, acusación manifiesta”.

6.- Es muy difícil de creer que siendo Florence Cassez la amante de un secuestrador no estuviera al tanto de sus actividades e incluso fuera su cómplice. Pero el hecho que Genaro García Luna, en ese tiempo director de la AFI, al hacer un montaje de su aprehensión para “darse taco”, vició todo el proceso, por ello la francesa deberá ser puesta en libertad. Lo mismo ocurre todos los días con los presuntos delincuentes que exhibe la televisión como si fueran culpables, antes siquiera de ser sometidos a juicio. Todos saldrían en libertad si tuvieran de padrino al presidente de Francia.

Televisa, codiciosa por mantener el rating que le brinda la presentación en su pantalla de los presuntos narcos y sicarios, defiende los intereses del ejecutivo federal y sus acólitos -los clientes más importantes-, al tiempo que acrecienta su poder de facto a través de esos juicios sumarios electrónicos, se empeña en presentar a la ciudadanía el falso dilema entre los derechos de las víctimas frente al cumplimento de las formas procesales.

Ambos, son igualmente esenciales para que existan la certeza y la seguridad jurídicas. ¿Acaso es válido un matrimonio celebrado ante cualquier ciudadano, la venta a la palabra de un inmueble o el testamento hecho por un tercero? Lo mismo ocurre en el ámbito penal. Sin su exacto cumplimiento, todos quedaríamos a merced de los apetitos autoritarios de cualquier autoridad, de ahí su consagración en los Arts. 14 y 16 constitucionales.