lunes, 20 de julio de 2009

De reinas y reinados

Durante los últimos 70 años la sociedad civil de Yurécuaro, para contribuir a las obras de beneficio colectivo, ha venido sustituyendo a la administración pública (federal, estatal y municipal) en la obligación que tiene de satisfacer las necesidades de su población, recolectando fondos mediante los llamados “reinados de las fiestas patrias”, una competencia en la que se estimulaba la ambición de los más pudientes por sobresalir y de ser reconocidos como espléndidos, pugnando con sus dineros por el triunfo de la candidata cuyos colores decían defender. En esas contiendas no faltaban las aportaciones del grueso de la población que se adhería a uno u otro partido, ya sea por su ocupación laboral, (comerciantes frente a ferrocarrileros) o en razón de la localidad (El Centro frente a la Estación) o simplemente por la simpatía que despertaba una u otra candidata. Con el tiempo, esa forma de reunir fondos para el beneficio de la colectividad se fue desnaturalizando. En lugar de que se viera como una actividad lúdica, (un juego que causa diversión o placer), que contribuyera específicamente a mejorar las condiciones de sus habitantes, se convirtió en motivo de enconos y desavenencias. Las damitas contendientes fueron expuestas al chismorreo más pedestre sobre su presunta belleza, su educación o sus prendas morales; el pavoneo de los ganadores, distantes de la grandeza de ánimo que deben tener los triunfadores y los derrotados atribuyendo siempre la derrota a las malas artes de sus adversarios, ajenos a la satisfacción de quien ha contribuido a una noble causa. En nuestros días, los magnates municipales, ocupados en acrecentar sus ganancias, se inmiscuyen cada vez menos en las mejoras urbanas, sobre todo cuando el empleo de lo recaudado se destina a obras fantasmas o que no tienen relación con las necesidades ciudadanas, como la construcción de capillas de una determinada denominación religiosa, en olvido de los preceptos de la propia moral judeocristiana que pretende velar por los prójimos más desfavorecidos, como lo pueden ser los migrantes que levantan nuestras cosechas, edificando, en lugar de centros de piedad teórica, albergues apropiados donde puedan tener una calidad de vida aceptable, con lo que de paso, se evitarían las recriminaciones de las televisoras. Ahora la mayor parte de los fondos parece que se recaudan mediante una “operación hormiga”, a través de loterías, rifas o kermeses. Pero lo obtenido, no por masivo, debe ser ajeno a la transparencia. Si el pueblo en su conjunto contribuye a determinada causa, apropiada o no, tiene todo el derecho a saber, al d-e-t-a-l-l-e, cómo se invirtió cada peso que aportó. Pero más grave que la falta de transparencia es que, muchos individuos ávidos de ganancias fáciles se “montan” en las diversas actividades recaudatorias sin rendir cuentas de las cantidades que ingresan por esos conceptos. Por eso no deja de ser preocupante que dos funcionarios de la administración municipal, de Cultura y de Comunicación Social funjan como tesoreros del partido rojo y verde, respectivamente. Más de alguno pensará que las autoridades quieren monopolizar y municipalizar un “negocio” con el que antes habían lucrado los particulares. Los más bien pensados, tal vez imaginen que la presencia de representantes de la autoridad en esos comités, obedece al deseo del Ayuntamiento de lograr más transparencia en el manejo de los dineros. Por lo que seguramente Doña Lorena y Don Juan, informarán p-e-r-i-ó-d-i-c-a-m-e-n-t-e sobre los recursos que se vayan recabando. Seguramente también aclararán, desde ya, cuál es la envergadura de la pretendida construcción del futurible Centro de Rehabilitación Integral, y también cuál es la extensión del terreno que se pretende comprar para ampliar el Panteón y el precio de venta de la misma. Y en su oportunidad, cual fue el resultado final de sus gestiones. La transparencia es el mejor remedio para desvanecer las suspicacias.
MISCELANEA. *Si consideramos que de El Refugio a la Colonia Emiliano Zapata hay una distancia de 1.5 kilómetros y para la rehabilitación de la carretera que les une se invierten hasta la fecha 8 millones 139 mil 712 pesos, de los cuales ya se erogaron $4,939, 712.00 resulta que se gastan algo así como $5,426.47 por cada metro; tal vez hubiera sido mejor que en lugar de pavimento se le hubiera puesto mosaico o parquet. *Corre la especie de que uno de los factores sobre la derrota del tricolor en este municipio obedece a la desavenencia que tuvieron durante una carrera de caballos, un vástago del Rey de la Solanácea yurecuarense con el Ciudadano, razón por la cual, el Señor de los Invernaderos se dio a la tarea de convencer a sus bases de las Comunidades para que votaran en favor del Sol azteca y de ahí su repunte. Para creerlo o no. *Los comerciantes se han adueñado del Portal Hidalgo, precisamente donde se encuentra la Presidencia, convirtiéndolo en una especie de accesoria de sus negocios. Desde los años cincuenta del siglo pasado cuando ahí despachaban numerosas mercerías, popularmente llamadas varillas, no ocurría un fenómeno semejante. Acaso será muy difícil hacerles entender a los vecinos que tanto las calles como las banquetas son bienes de uso común y en consecuencia nadie puede reclamar derechos de exclusividad sobre los mismos. Nuestras autoridades cuentan con el respaldo de la Ley para inducir a los infractores para que desalojen la vía pública. En una primera instancia se podría apelar a la persuasión verbal (con su correspondiente video), haciéndoles ver la infracción en que incurren; después reconviniéndoles mediante oficio fundado y motivado, indicándoles que de persistir en su conducta se harían acreedores a una multa y de hacer caso omiso se les aplicará el desalojo forzado, donde además de hacer acreedores a una multa mayor, tendrán que cubrir el precio del arrastre y el almacenaje correspondiente. Sólo falta que nuestras autoridades tengan la voluntad política para hacerlo, pues si se muestran incapaces de controlar los abusos del comercio formal e informal, menos podrán o querrán hacerlo con el narcomenudeo, cuando les toque. (JAMG).

No hay comentarios: