sábado, 14 de febrero de 2009

Planetas del universo azul

Uno.- ¿Quién fue el político que realizó una gira peregrinación proselitista a San Juan de los Lagos, muy cómodo, sin fatigas, ni ampollas en los pies, y que en el discurso de rigor dio públicas gracias a la Virgen por los años que le restaban de gobierno? No se trató, como erróneamente pudiera pensarse de algún edil municipal cercano, sino del Gobernador panista de Jalisco, quien aprovechando la proximidad de la fiesta de esa advocación marina, inauguró el 29 de enero unas obras raquíticas, aunque muy publicitadas, consistentes en cien metros de pavimento y el reforzamiento del malecón del río con unas piedras grandes. Todo sea por la promoción política. Por si existiera alguna duda del carácter político-religioso y proselitista del acto, su correligionario, el alcalde sanjuanero, en el discurso que pronunció en dicho acto, denominó al poblado como “tierra de fe y milagros” y “tierra bendita” (Público # 4135). ¡Cuan poco respeto muestran los hombres públicos con la religión que dicen profesar, cuando la utilizan como una más de las monedas de cambio en el mercado mediático de la política! Dos.- El inefable Vicente Fox, ante los alcaldes del PAN reunidos en Juriquilla, les instó a que hicieran activismo político durante la próxima campaña electoral “y dejen encargadas sus oficinas, tal como yo lo hice durante los seis años de mi gobierno”. Aunque las autoridades del Vaticano ya habían revelado la inestabilidad mental del personaje (por decirlo suave), esta declaración pinta de cuerpo entero a un ex presidente que le importó y le sigue importando un rábano la ciudadanía, la legalidad y la opinión pública. Constituye un fraude que haya devengado un salario durante todo un sexenio, sin realizar las tareas que tenía encomendadas por andar de promotor electoral; es también ilegal haber delegado funciones sin estar facultado a ello por la ley, ya se tratara de su esposa Martita Sahagún o de su secretario particular, el yunquista Ramón Muñoz; asimismo es un delito electoral que los funcionarios públicos utilizando su investidura y los recursos públicos se dediquen a promover a candidatos en las contiendas electorales; como también es un ilícito inducir a otros a violar las normas penales. Quizá lo más grave de su conducta es su “valemadrismo” que permite a Fox admitir, con toda desfachatez, que atropelló la ley para hacer su sacrosanta voluntad, a sabiendas que el gobierno cómplice y manipulable de su correligionario Calderón no le fincará responsabilidades. La prepotencia de sus declaraciones también descubre el poco respeto que le merecen, no sólo quienes por él sufragaron al considerarlo una alternativa del régimen priísta, sino al conjunto de la nación a la que dijo representar. Tres.- Se evidencia que la ideología conservadora de los gobiernos panistas, con su peculiar sentido de la corrección y la decencia, los lleva a criminalizar a la pobreza. Primero fue el Ayuntamiento de León quien, mediante un bando municipal, pretendía acabar con la mendicidad, la pobreza y las manifestaciones amorosas en público; ahora las autoridades de Cuernavaca amenazan con meter a la cárcel a los vendedores ambulantes que reincidan en sus actividades. Pareciera que la historia hubiese retrocedido en el tiempo y nos encontráramos en la Inglaterra victoriana, en la que, que se castigaba con privación de libertad a huérfanos, mendigos y vagabundos, que después eran destinados al trabajo forzado, sin que la burguesía industrial y financiera cayera en la cuenta de que al grueso de su población la habían convertido en una masa proletaria desposeída, como fruto del maquinismo y del libertinaje económico. Una explotación que denunciaron lo mismo escritores políticos como Marx o novelistas como Charles Dickens. O tal vez a los panistas les molestan los vendedores ambulantes porque “afean” el paisaje urbano a la manera del régimen porfiriano que prohibió el acceso a la ciudad de México a los indígenas que vistieran calzón blanco, porque lastimaban el sentimiento estético de los visitantes extranjeros durante las fiestas del centenario de la independencia, ahora acaso serían a los turistas. Cuatro.- Como muestra del fundamentalismo que profesan las autoridades de Acción Nacional fue el vejamen a que fueron sometidas unas monjas en Dolores Hidalgo, Guanajuato; quienes pedían limosna en la vía pública. Llevadas a la comisaría, fueron obligadas a despojarse de sus hábitos para comprobar ¡que eran mujeres! Esta acción que parecía inconcebible en un Estado destacado por su mojigatería, cobró su justa dimensión al conocerse que dichas religiosas pertenecen a una congregación tradicionalista afiliada al movimiento de Marcel Lefebre. Entonces, dicha maniobra tuvo como objetivo humillar y “escarmentar” a dos personas que a su condición de mujeres unían la calidad de disidentes; a la acción discriminatoria de género, se sumó el fanatismo religioso. Don Lázaro Pérez, obispo de Celaya al respecto dijo que “son unas farsantes, ladronas y sinvergüenzas que se disfrazan de monjas católicas, pero pertenecen a otro credo” (El Universal. 9/II/09). Es decir, lo que en el propio rebaño constituye un acto piadoso, en el ajeno se convierte en delito. Se olvida monseñor, que Marcel Lefebre, no fue un obispo de “otra religión”; aunque disidente, se mantuvo en la ortodoxia católica y que en días pasados Benedicto XVI levantó la excomunión que pesaba sobre dicho movimiento, quedando éste, perfectamente convalidado. Asimismo, la opinión episcopal parece muy lejana a la “caridad cristiana” que recomendaba el Concilio Vaticano II con los “hermanos separados”, si ese hubiera sido el caso (JAMG).

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