sábado, 21 de febrero de 2009

Cambio de golpes

Una de las leyes fundamentales de la mecánica de Newton expresa que a toda acción corresponde una reacción de la misma magnitud y en sentido opuesto a la acción. En materia de política mexicana, la reacción siempre parece superar a la acción. En los mítines que a lo largo de la república ha realizado Andrés Manuel López Obrador había venido insistiendo en la necesidad de cambiar el modelo económico, por los altos índices de pobreza y desigualdad imperantes en nuestro país, sobre todo por la crisis bancaria que se avizoraba en los Estados Unidos y que ahora lo tiene hundido en la recesión. El gobierno de Felipe Calderón ni se daba por enterado. Pero a raíz que el New York Times sacara un reportaje argumentado que dada la mala situación por la que atraviesa México, las preferencias electorales por AMLO podrían elevarse sustancialmente para la próxima contienda presidencial, de inmediato el señor presidente dirigió él las consabidas diatribas, aunque sin llamarlo por su nombre, lo tildó de catastrofista que busca dividir a los mexicanos. Pero luego les llovería sobre mojado. Carlos Slim invitado como ponente al foro “México ante la Crisis. ¿Qué hacer para crecer? expresó su escepticismo de que el país pudiera subsistir a largo plazo bajo los actuales esquemas económicos: sin financiamiento y alto costo del crédito se preveía en un futuro inmediato el cierre de empresas medianas y pequeñas, de locales vacíos y que en este para el año se preveía el desempleo de 600 mil trabajadores. Al punto los miembros del gabinete presidencial se pusieron el overol de golpeadores verbales del gobierno, lo mismo el secretario del Trabajo Javier Lozano Alarcón (JLA), el director del IMSS Juan Molinar Horcaditas y el secretario de Agricultura Alberto Cárdenas Jiménez. Éste, con el nivel de excelencia intelectual que lo caracteriza expresó: “quiere ver ardiendo la casa, que la boca se le haga chicharrón”. Por su parte, JLA, en lugar de rebatir las declaraciones de Slim con argumentos racionales, no encontró mejor salida que descalificarlo moralmente. Se curó en salud diciendo que no se trataba de una “confrontación personal” con el dueño del grupo Carso, ni “un ataque de ninguna naturaleza”, sino de la necesidad de fijar la posición del gobierno. Sin embargo se preguntó si los pronósticos del dueño de Telmex “son reales, si tienen un sustento sólido o si obedecen a un buen deseo de que las empresas se abaraten para luego comprarlas, o bien para obtener modificaciones a títulos de concesión que hasta ahora no se le han concedido para entrar en otros mercados, porque si esta es la vía me parece que esto es equivocado”. Ante el anuncio de la posible reducción de sus inversiones en México, Lozano expresó que Slim se convirtió en el segundo hombre más rico del mundo por las condiciones que tiene nuestro mercado y nuestra economía, en una nación con tantas desigualdades e iniquidades, debe conocer el peso de sus palabras, debería ser mas cuidadoso y cauteloso y mas bien nos debe decir como van a contribuir él y las empresas de su grupo para resolver la crisis”. Nos recuerda Galván Ochoa (Jornada. 11/02/09) que JLA es el funcionario al que Zhenli Ye Gon acusó de obligarlo a guardar los 205 millones de dólares en efectivo encontrados en su residencia (copelas o cuello) y que a pesar de que Lozano amenazó con que lo demandaría en los tribunales de Estados Unidos para limpiar su nombre, nunca abrió un litigio en su contra. Asimismo, olvida Lozano que en los tiempos en que militaba en el PRI, fue presidente de la Comisión Federal de Telecomunicaciones, oficial mayor y subsecretario de Comunicaciones, cargos en los que tuvo o compartió la responsabilidad de resolver el problema telefónico. El pleito habrá que ubicarlo entre dos grupos de empresarios y políticos que se disputan la dominancia y las interconexiones telefónicas en la modalidad llamada triple play. En ese contexto habrá que ubicar el despido de Purificación Carpinteiro, subsecretaria de Comunicaciones a la que bloqueó permanentemente el titular de la Secretaría, Luis Téllez, a pesar de que había sido compañera de generación del Presidente. Así como el torneo de elogios mutuos que fue el encuentro de Zedillo con Calderón en Davos, Suiza, y la filtración de una conversación telefónica entre Téllez y una enamorada suya en la que, entre requiebres y apapachos, éste le confió que Salinas de Gortari se robó, para su beneficio personal, la mitad de la partida secreta, unos 4mil 500 millones de pesos. El propio Téllez ha reconocido como propias esas declaraciones, pero admite que no tiene pruebas para demostrarlo y que al momento de realizarlas todavía no era funcionario, lo que no deja de ser “muy conveniente”. No obstante que Vicente Fox dejó pasar la oportunidad de enjuiciar a Salinas, y de que la dicha filtración telefónica no constituye una prueba legal, no por ello deja de tener gran importancia política. Muchos golpes y los que faltan. ¡Y todo para que los multimillonarios se hagan cada día más ricos y ostenten un poder mayor que el del gobierno! (JAMG).

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