martes, 12 de febrero de 2013

ESCAPARATE


1.- Lo que menos importó en el siniestro de Pemex, fueron los familiares angustiados que peregrinaban toda la noche del jueves 31 de Marina Nacional a la Cruz Roja, a los hospitales de Picacho y Azcapotzalco, y los SEMEFO; sino, que a EPN le tomaran fotografías exhibiéndose por estos sitios, supuestamente para disponer que sus subordinados hicieran frente a la contingencia.

En esta época de tecnología cibernética, no fueron capaces de crear una base de datos que centralizara la información, la que cualquier estudiante promedio de secundaria puede configurar mientras ve la TV; y la hiciera del conocimiento de c/u de las dependencias arriba mencionadas, en la que se discriminara muertos de heridos, graves o leves y el lugar de su ubicación, para hacerla del conocimiento de los dolientes. Un rescatista aventuró a CNN 22 muertos y unos 600 heridos, cuando las autoridades se aferraban a la cifra de 14 y 70. Ahora ya se reconocen 36 y 107.

La opacidad y el ocultamiento privaron toda la jornada. El jueves por la noche LOCATEL aseguraba que tenía la lista de lesionados pero no podía proporcionarla porque Pemex todavía no lo autorizaba. Vano afán de proteger a la paraestatal.

2.- Como se comprobó en esta ocasión, los sismos del 85 no impulsaron una estrategia efectiva para encarar los desastres, bajo un mando unificado, que establezca tareas concretas y superficies individuales en el lugar de los hechos para cada dependencia gubernamental. Las imágenes que presentó la televisión eran la de un inmenso caos en el que se aglomeraban policías, militares, marinos, rescatistas, empleados y obreros de Pemex, a los que se sumaban vehículos militares, carros de bomberos, grúas, camiones y tráileres, al grado de impedir el paso de ambulancias y la comitiva presidencial. Ni siquiera fueron capaces de concentrar, en un primer momento y un solo sitio, para efectos de identificación a los cadáveres que iban recuperando, para de enviarlos, posteriormente, al forense. A lo más, se aprendió a evacuar edificios.

3.- El pretexto de EPN y Osorio Chong para no adelantar hipótesis sobre las causas del siniestro, dijeron: “Lo que importa en estos momento es cuidar a los heridos y el rescatar a los cuerpos hasta que no quede ningún escombro”. Como si doctores y enfermeras fueran también los expertos en demoliciones.

Se dijo que no especuláramos, pero son las autoridades quienes propician los desvaríos, con su falta de información y ocultamientos. El desalojo de todo el personal civil a las 22 hrs de ese día, dejando a cargo únicamente a soldados y marinos no hizo sino fomentar la suspicacia.

Los peritajes son muy complicados, afirmó el licenciado Chong; ignora (?) que existen aparatos que detectan rastros de vapores de hidrocarburos o cualquier otro explosivo en segundos; para diferenciar, así sea de manera provisional, si un desastre fue provocado o accidental. También constituye un atentado a la inteligencia de los mexicanos que, en su primera conferencia, el ministro del Interior nos haya dicho que se necesitaba llegar al centro de la explosión para conocer con exactitud la causa del siniestro, pues en cualquier estallido, el exceso súbito de presión lanza los materiales explosivos del centro hacia la periferia.

Jesús Murillo Karam, titular de la PGR, afirma que no se encontraron rastros de fuego entre las ruinas, pero en la imagen panorámica captada por la cámara instalada en la Torre Latinoamericana, difundida por la TV, se pudo observar cómo salían dos flamazos enormes al momento del estallido. Carlos Marín de Milenio, conocido jilguero gubernamental, pretende vendernos la hipótesis de la “implosión”, pero esta se da en un cuerpo cerrado, como un foco o un avión, que tienen una presión mucho menor que la del exterior, a los que un golpe o proyectil hace que se contraigan sobre sí,; que no es el caso de un edificio con puertas y ventanas abiertas aunque, luego por reacción, se expandan.

Tampoco se creerá que semejante ruina fue porque explotó una caldera en un inmueble destinado a oficinas administrativas, zona de archivo muerto y estacionamientos. Asimismo, la explicación del gas parecerá poco convincente; pues, cuál sería el volumen necesario para volar cuatro niveles de 1300 m2 c/u, sin que nadie lo detectara. La idea de que se trató de un mero accidente pareció desmentirlo esa noche la presencia del titular SEGOB acompañando de sus homólogos de la SEDENA, SEMAR y la PGR.

4.- Por su parte la afirmación de un atentado se presta a innumerables preguntas y conjeturas. ¿Se utilizó un explosivo rústico o sofisticado? ¿Es fácil de conseguir como el nitrato de amonio que se usó en el atentado de Oklahoma en 1995? ¿Se requirió transportarlo en un camión o se trató de dinamita o de un explosivo plástico, como el C-4 que bien cabe en la cajuela de un auto compacto? ¿Quién tiene acceso a ese tipo de explosivos? ¿Cómo se burló la vigilancia en la entrada al estacionamiento que es para jefes y directivos, requiriéndose para ello credencial y un chip especial? ¿Qué resultado arrojaron las cámaras internas de vigilancia?

¿El autor del atentado fue un empleado resentido de Pemex que pudo burlar a los guardias? ¿Es un cártel que pretende imponerle condiciones al gobierno? ¿Se trató de una agencia extranjera (o “intereses nacionales”), interesados en que se venda Pemex a precio de ganga? ¿Fue una jugada ruda del Imperio para que aceptemos la subordinación militar total? ¿Fue un artificio de los halcones incrustados en el gobierno para cargarle la culpa a los electricistas e iniciar la represión indiscriminada de todos los disidentes?

Seguramente se dirá que fue un accidente, pues en caso contrario Inbursa no les pagaría el seguro que Pemex tiene contratado con la institución bancaria del Carlos Slim. Luego el asunto se mandará al limbo, como los de Colosio, Ruiz Massieu, Ramón Martín Huerta, Juan Camilo Mouriño o Blake Mora. Dependerá de nosotros que los dejemos.

5.- A los familiares de Blanca Martínez Rivera, una víctima de la explosión, Pemex, no les pagarán ni un centavo de servicios funerarios, porque no forma parte de su nómina, sino de la empresa COMIMSA, que proporciona a la paraestatal, servicios de outsourcing (subcontratación). Una prueba clara de los “beneficios” que se propuso la reforma laboral prianista.

6.- El presbítero Sergio Omar Sotelo, director del Centro Católico Multimedia afirma que también los victimarios del crimen organizado están sufriendo la situación que ellos generaron. Esto lo dijo en la presentación del audiovisual “Hermano Narco” en la Catedral Metropolitana, al término de la misa dominical (27de enero), que oficia el cardenal Norberto Rivera.

Un video que forma parte de otros once y que están destinados a que los feligreses les otorguen el perdón (¿Moral… y jurídico?) a los delincuentes. ¿Masoquismo espiritual? ¿Síndrome de Estocolmo generalizado? ¿Auto propaganda narca? Si, como dijo el autor del cortometraje, la violencia genera más violencia, siguiendo este razonamiento: entonces, ¿con el perdón de sus tropelías, se acabarán las ejecuciones, secuestros y extorsiones?, ¿los delincuentes reconocerán sus culpas y harán firmes propósitos de enmienda? ¡Haberlo dicho antes!

7.- Al hacerse públicas 30 mil páginas sobre los casos de 122 sacerdotes acusados de abuso sexual contra menores, la arquidiócesis de Los Ángeles impuso la renuncia a toda representación eclesiástica al cardenal Roger Mahoney (ya jubilado). Este prelado acogió, entre otros, al presbítero Nicolás Aguilar Rivera implicado en 80 casos de pederastia en Puebla, luego enviado al DF, donde abuso de otros 26 menores, donde logró la protección de don Norberto, quien le mandaría a los EU, seguramente para evitar el “escándalo”.

8.- El alcalde panista de Mazatlán Sin., amenazó con arrestar a quienes repartieran condones en la vía pública durante el carnaval, por considerarlo una falta al Bando de Policía y Buen Gobierno (Reforma. 31-I-13). Mejor que todo mundo se contagie de Sida que ofender a los mojigatos. Afortunadamente, la Secretaría de Salud del Estado instalará módulos de distribución gratuita.

9.- A los señores de COMAPA-YU les faltó informar (El Cazador. 24-I-13) dónde irán a descargar las aguas negras de los 140 metros lineales del drenaje que instalan en la Comunidad de el Tequesquite. ¿Acaso las mandan sin más al Canal de Riego o se contentan con que se filtren a los mantos freáticos?

10.- Entre los habitantes de La Estación corre la especie de que el parquecito de la calle Ferrocarril, donde confluye con la Independencia, será derruido para edificar allí la clínica del Seguro Social. De resultar cierto el rumor, se estaría aplicando la política viciosa del legendario Alcalde de Lagos, de hacer un hoyo para tapar otro. Peor aún, en los tiempos que corren con la restricción de recursos que se tiene, sería emprender obras para dejarlas a la buena de Dios, como ocurre con la Casa de la Cultura y próximamente con la “remodelación” de la Plaza, en la que hasta los domingos escatiman la energía eléctrica.

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