sábado, 14 de marzo de 2009

¿Primero los autos?

En el número anterior de este Semanario (5/III/09) apareció una gacetilla en forma de noticia, por la que se da cuenta de un proyecto para el mejoramiento vial del centro de la ciudad. Ello ofrece la oportunidad de hacer algunas consideraciones sobre el particular, puesto que las decisiones gubernamentales sólo serán eficaces cuando gocen del consenso de la mayoría ciudadana. Es gratificante saber, como lo revela la nota, que un nutrido grupo hizo a un lado sus particulares intereses y mirando sólo por el bien de la población, hayan acudido “cientos” de personas (¿800… 900?), de manera espontánea y no inducida a presentar, un único “proyecto”, ante las autoridades municipales; su publicitada elaboración colectiva evidencia que seguramente sus integrantes se hicieron recíprocas concesiones para configurar un diseño común, buscando únicamente mejorar nuestra calidad de vida. El liderazgo que mostró el portavoz del grupo, con toda seguridad, le augura un futuro promisorio como representante popular. Sin embargo, el proyecto adolece de los siguientes deficiencias en lo general: favorece el tránsito de los vehículos en quebranto de los peatones; busca conformar el cuadro de la plaza como gran estacionamiento; estima que la instalación de los tianguis dos días a la semana no perjudican la fluidez vehicular; se figura que el beneficio colectivo puede darse sin afectar intereses particulares; pero sobre todo ofrece medidas parciales e inmediatistas a un problema que demanda soluciones radicales, Todas ellas políticas contrarias a las que han instrumentado las grandes metrópolis europeas o ciudades más modestas como Zamora o La Piedad, Mich. En sus aspectos particulares, el “proyecto” exhibe algunas contradicciones: proponer la circulación en ambos sentidos, en la calle Madero; como en la Carpio Norte, hasta su confluencia con Guerrero; y en la Amado Nervo. Las cuales, además de las dificultades que hoy presentan para transitar por ellas (habida cuenta de los vehículos que se estacionan en ambos lados de la acera), acarrearán la formación de “cuellos de botella” en Morelos y Constitución, en Carpio y Guerrero, así como en Amado Nervo y Guerrero. Habrá que partir del hecho de que ante la imposibilidad de ampliarse hacia el Norte, la población se fue extendiendo hacia el Sur, y ello provoca que el volumen de los vehículos circulantes de la Estación hacia el supuesto “Centro”, es mucho mayor de los que provienen rumbo de La Ribera. Y tomar en cuenta que todo el tránsito proveniente del Norte y del Oriente a través de Guerrero y Amado Nervo sólo puede incorporarse a la antigua calle de El Chorro (16 de Septiembre, poniente) para ingresar a las carreteras de Tanhuato, La Concepción y poblaciones aledañas de Jalisco. Mientras no se prolongue el malecón en dirección Sur-Oeste hasta las inmediaciones del Panteón y asimismo la Calle Guerrero se continúe hasta su intersección con dicho malecón extendido, los problemas de tránsito en el primer cuadro de la ciudad no podrán solucionarse en forma definitiva, También, dada la circulación convergente Oriente-Poniente-Oriente propuesta ocurrirán cuellos de botella, en Justo Mendoza y Juárez, y sobre todo en Hidalgo-Nacional con Independencia. Puesto que es impensable tirar edificios para ampliar las avenidas, dado el número de vehículos que circulan y la corpulencia creciente de los mismos, la solución más factible para optimizar el tránsito, no solo en el primer cuadro, sino en todas las calles que conforman la antigua traza de la ciudad, dichas rúas deberían ser de un solo sentido; que únicamente se permita el estacionamiento de vehículos en el lado izquierdo de la acera; y que se reordene el tránsito en torno a dos ejes fundamentales Norte-Sur-Norte y Oriente-Poniente-Oriente. Bajo esta premisa, se propone que la calle Independencia desde su confluencia con la calle Ferrocarril hasta el Puente debiera ser en sentido Sur-Norte; la circulación Norte-Sur requeriría iniciarse en la calle Carpio y el Malecón, continuar por Hidalgo y Zepeda hasta la Estación; en contrapartida Juárez tendría sentido Sur-Norte; lo mismo que Amado Nervo, dando ésta última, fluidez al tránsito proveniente de la Colonia Mora y Tanhuato; el sentido Sur-Norte, de Madero facilitaría, por su parte, el tráfico originado desde El Tequezquite y El Hacha. El Eje Transversal, se configuraría con Guerrero-Morelos que sólo tendría sentido Poniente-Oriente, así como por Mújica-16 de Septiembre, con sentido Oriente-Poniente. Para que esta opción sea eficaz es necesario optimizar los accesos a la carretera del Piedad. Al efecto habría que pavimentar la calle Ferrocarril Oriente (del Jacalón) hasta su intersección con Jaime Carrillo y las transversales de ésta con el Bulevar Oriente. Asimismo, la Terminal de los autobuses foráneos debería ubicarse, desde ahora, en alguna avenida periférica como la Ferrocarril o Jaime Carrillo y no pretender que ello ocurra hasta que la Central Camionera se construya. Al efecto, las autoridades municipales podrían interponer sus buenos oficios para que se otorgue a los Permisionarios un inmueble en comodato, por ejemplo, la antigua Estación de los Ferrocarriles. En lo inmediato, se antoja plausible que el sitio de automóviles “Unión y Progreso” se ubique nuevamente en la calle de Negrete; los cajones de estacionamiento que ahora ocupa podrían otorgarse en forma individual, numerada y debidamente acordonados a las empresas ubicadas en el Primer Cuadrante. Sin embargo, en última instancia, el ámbito de la Plaza debe constituirse en la zona cívica del pueblo, lo que demanda ser exclusivamente peatonal, por ese motivo y a través de este medio, en varias ocasiones se ha insistido en que los vehículos municipales necesitan contar con un estacionamiento fuera de esta zona y que los puestos “ambulantes” necesitan ser ubicados en un espacio próximo, como la explanada de los Martínez. (Jorge A. Mora García).

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