sábado, 19 de julio de 2008

LA PATRIA ES PRIMERO

La patria es primero


El Frente Amplio Progresista instrumentará el día 27 de este mes una consulta para conocer la opinión de la sociedad michoacana en torno a las iniciativas de reforma petrolera que presentó el presidente Calderón a consideración del Congreso, mismas que de ser aprobadas, representarían un golpe de igual magnitud al despojo de los dos millones de kilómetros cuadrados a manos de los Estados Unidos en 1847. Mientras que a PEMEX la dejarán consumirse en la indigencia por una continua y confiscatoria carga tributaria, se permitirá medrar a las trasnacionales en la extracción, conducción, almacenamiento y transformación de los hidrocarburos.

En esa coyuntura, México dejaría de ser un país soberano, pues no tendría la capacidad para decidir su camino como nación independiente, ya que el precio del crudo, los combustibles y los productos petrolíferos quedaría al arbitrio de los grandes trusts, dependiendo asimismo de su buena voluntad el pago de los impuestos correspondientes, como sucedía antes de la expropiación de Lázaro Cárdenas.

¿Cómo podríamos obligar a los consorcios internacionales a cumplir sus obligaciones, si el gobierno ni siquiera es capaz de someter a los narcotraficantes nativos? Máxime cuando se quiere legislar que las controversias suscitadas con los consorcios deberán ser resueltas por tribunales extranjeros, los cuales siempre fallarán en favor de sus propios nacionales y no del Estado mexicano.


El petróleo no sólo es una mercancía que se venda en el mercado caro o barato, se procese con mayores o peores condiciones de eficiencia, sino que es un bien estratégico mundial, que permite a sus poseedores efectivos, los países débiles, negociar con los poderosos en un plano de menor desigualdad.


De ahí la importancia de la consulta, para que la multitud de ciudadanos sin voz, que no elaboramos directamente leyes que nos lesionan gravemente, nos hagamos oír por en encima de las conveniencias mezquinas -de posicionamiento político o enriquecimiento personal- que persigue la generalidad de los diputados, senadores, gobernadores y miembros del ejecutivo federal, contrarios a los verdaderos intereses de los demás mexicanos.

Las personas de pensamiento conservador que ven con simpatía los principios doctrinarios y las luchas democráticas del antiguo PAN, no deberían apoyar incondicionalmente la reforma energética sólo porque fue una iniciativa del presidente Calderón, sin indagar sus alcances.

De acuerdo con los últimos spots televisivos del gobierno federal, tenemos “petróleo en abundancia”; mismos que a los precios actuales, los 6 millones de barriles que se extraen por día, le reportan al país un ingreso neto cercano a los 11,000 millones de pesos diarios. Si se combatiera la corrupción y no se le esquilmaran todas sus ganancias, PEMEX volvería a ser una empresa autosuficiente y eficaz. La cual posee los recursos humanos necesarios para construir dos refinerías antes de que termine el sexenio, así como la capacidad de incorporar la tecnología necesaria para incursionar en aguas profundas en 30 años, plazo que se fijaron los estadounidenses para comenzar la extracción en su mar territorial.


Más allá del estereotipo que para muchos representa López Obrador como líder mesiánico, populista e intransigente y por encima de sus posibles intereses políticos particulares, en esta ocasión, la defensa de petróleo que él encabeza, rebasa con mucho las simpatías o los antagonismos partidistas que podamos sentir.

Por ello no es gratuito que en esta cruzada se empeñen en un mismo afán personalidades tan disímbolas como Cuauhtémoc Cárdenas, Manuel Bartlett o Porfirio Muñoz Ledo; Carlos Rojas o Sergio García Ramírez; Carlos Monsivais o Lorenzo Meyer; los universitarios Javier Jiménez Espriú, Jaime Cárdenas, Raúl Carranca, y Arnaldo Córdoba; o Don Juventino Castro, ministro jubilado de la Suprema Corte. Que no digan nuestros hijos, a la manera romana, oleum perdidisti, perdiste el aceite; perdiste el tiempo. Jorge A. Mora García.

No hay comentarios: